El increíble lado tierno de Ricardo Fort (fotos desnudo posando con sus mellizos

Detrás del gesto torvo, la mandíbula cuadrada de “Terminator” y la coraza de músculos que lo recubre, Ricardo Fort es un tipo sensible. Al menos en la intimidad de su hogar y frente a sus dos hijos, el hombre del momento no duda en mostrar su veta más tierna. Felipe y Marta tienen seis años y fueron bautizados de esa manera en honor a la mamá de Ricardo y al abuelo paterno y factótum del emporio chocolatero que lo dotó de su inmensa fortuna y, a la postre, de su fama mediática y mediata.

Las revelaciones privadas de Fort fueron dosificadas. Al principio de su explosión, nada se supo de la paternidad. Luego, con un personaje ya más asentado en la farándula local, el heredero se encargó de detallar el procedimiento por el cual sus hijos fueron concebidos. Tampoco eludió contestar aspectos de su cotidianidad como padre.

“Es un modelo muy educado, que realmente sabe cómo lucir bien para la cámara. Fue muy paciente y dulce con sus hijos. Puede mirar con fiereza y en forma intimidante, pero de ninguna manera es así. Es un caballero”, opina el fotógrafo David Vance, quien fuera el encargado de tomarle las fotos que 7 DÍAS muestra. Aquella sesión se realizó en Miami en el año 2005, cuando el por entonces anónimo millonario se sometió a la lente. Pero no fue una novedad. Es que Fort y Vance se conocían de varias producciones anteriores, como la que el efebo argentino protagonizó para la revista de temática gay “Blue”, que se editó en Australia en el año 2001.



Proceso paternal. Cuando la idea de ser papá empezó a rondarle, Ricardo vivía en Miami. Allí, el alquiler de vientre no es un tema tabú. Por el contrario, está asimilado a la cultura diaria. En esa dirección apuntó Fort entonces. “Los matrimonios se pueden romper en dos años, después empiezan las peleas entre los padres y los chicos quedan en el medio. Yo no quería eso”, explicó el papá.

El proceso fue largo, de alrededor de dos años. En el camino hubo estudios previos en los que la posible mamá elige al donante. Una vez que se genera ese primer contacto, el padre tiene que aprobar a la madre de sus hijos. “Lo que hice fue fijarme bien que en su familia no hubiera casos de enfermedades graves o que sus abuelos vivieran una vida longeva”, dijo.

Durante el embarazo, Ricardo vivió en Buenos Aires, pero cuando la madre de sus hijos rompió bolsa lo llamaron y se tomó el primer vuelo para los Estados Unidos. Llegó para cortar el cordón umbilical de los mellizos, quienes al nacer prematuros debieron permanecer tres semanas en incubadora. Luego se mudaron tres meses a Miami. Los tres solos. El papá y sus hijos. Allí Fort aprendió a cambiarle los pañales, y suele recordar con gracia que se comunicaba a diario con su madre para obtener apoyo externo a su flamante faena paterna.



Hoy, los mellizos Felipe y Marta tienen seis años. Duermen en la misma habitación, comparten juegos y risas y van al mismo colegio, en el barrio de Belgrano. Van acompañados a todos lados por dos guardaespaldas armados que pertenecen al mismo séquito que cuida a su padre. Ricardo opina que sus hijos viven su popularidad con relativa gracia y que todavía no entienden demasiado lo que pasa. “Ellos se dan cuenta de que tienen un papá famoso, además se lo dicen en el colegio”, revela el chocolatero.

Dime que no. El título de la canción de Ricardo Arjona no puede ser llevado a cabo por Ricardo Fort. Es que en su rol de padre, el musculoso se considera un hombre vulnerable, incapaz de limitar la conducta de sus hijos. “A veces le digo a Felipe que ordene los juguetes y me mira con una carita de ternura que me hace juntarlos a mí”, confesó con cierto rubor.

Al varón le encanta jugar a la pelota y es hincha fanático de Boca. A pesar de que al cantante/empresario/mediático no le interesa jugar al fútbol, no puede negarse a pelotear algún que otro puntinazo junto a Felipe. A la nena, en cambio, le encanta bailar. En eso se notan los genes heredados del padre.

Se reconoce como un ser débil frente a su descendencia, y enseguida se remonta a su propia infancia, en la que, a pesar de su fortuna, tuvo muchos “no” de parte de su padre. A él (fallecido hace dos años) tiene muchas cosas para reprocharle. Y lo hace sin miramientos, tanto en público como en privado. No perdona par-te de la crianza rígida que recibió, y transformó aquella disciplina en laxitud para sus propios hijos. Ricardo Fort hizo suya aquella creencia que dice que uno debe tomar los aspectos negativos de su infancia y no repetirlos al momento de ser padre. “Mis hijos son los más felices del mundo”, afirma sin titubear.



Playero. Después de concluir su participación en “El musical de tus sueños”, Fort se dedica de lleno a la temporada marplatense. Allí se encargó de producir la obra “Fortuna”, que se estrenará en el teatro Diagonal. En el elenco estarán Gino Renni, Adriana Salgueiro, Anabel Cherubito, Claudia Fernández.

Si bien al principio se le complicó conseguir sala teatral, con el aluvión de fama que recibió cuando lo tocó la varita mágica de Marcelo Tinelli, su pretensión de montar una pieza se concretó a la brevedad.

Por si fuera poco, el hombre inauguró la playa “Fortbeach” en el balneario Nikki, ubicada en la rotonda del faro de ruta 11. Allí organizará desfiles y habrá tragos y una movida similar a la de Ibiza. Al menos eso prometió su creador. Y se sabe, este hombre consigue lo que se propone.

Fuente 24CON