Buenos Aires, 18 de diciembre (Reporter). Un drama familiar, un apellido con historia, una cuantiosa fortuna y numerosos caprichos son algunos de los ingredientes que hicieron de Ricardo Fort el personaje mediático del momento. Aunque su enorme popularidad no fue suficiente para ganar el certamen "El musical de tus sueños".
Dos meses atrás, Ricardo Fort era un completo desconocido, cuando los programas de televisión de la tarde le sacaban los últimos huevos de oro a Zulma Lobato y a los inmortales Jacobo Winograd y Guido Süller.
Fue entonces cuando un misterioso millonario, de aspecto llamativo y sin temor a ostentar el lujo en el que vivía, comenzó a aparecer en los medios. Primero lo hizo como una rareza más, en ciclos de archivos que levantaban segmentos del reality show que ponía en pantalla pasada la medianoche en "El Trece" y que también podía seguirse por Internet.
En esa producción, que tenía aire en un espacio comprado por el mismo Fort, uno de los herederos de la tradicional empresa de golosinas y chocolates más reconocidas del país mostraba sin pudores su estilo de vida desbordado y casi obsceno.
Todo en Fort aparece ligado al derroche y la fantasía. Desde su misma riqueza -que nadie conoce en exactitud pero que se asume que es cuantiosa- hasta su aspecto, en el que son innegables los rastros de decenas de bisturíes.
Pero toda esta ilusión está acompañada por el relato de su atormentada niñez y adolescencia, en la que un padreo opresivo le negó la posibilidad de ser artista y lo obligó a trabajar.
Así, la dualidad de un personaje casi de ficción conquistó a la audiencia y se volvió en las últimas tres semanas sinónimo de rating.
En la fauna televisiva argentina, en donde pululan botineras, modelos con videos eróticos, vedettes que coquetean con las drogas y personas definidas solo por sus gustos sexuales, Fort es un caso único.
Y su magnetismo fue tal que dobló el último rumbo que había tomado "ShowMatch" en su peor año de audiencia y dejó lejos a la solidaridad para volver sobre las peleas y la rareza.
Como buen alquimista, Marcelo Tinelli confirmó su olfato e hizo girar el ciclo sobre la figura de este millonario, recuperando los buenos niveles de rating.
Así llegó el pobre niño rico al "prime time" de El Trece, se ahorró camino al presentarse al repechaje y se dio el lujo de pasar por todas las sentencias telefónicas sin escuchar al jurado.
Sin embargo anoche no pudo ganar el certamen, tal vez por no haber podido bailar en las dos últimas galas por una lesión en su rodilla. Aunque estuvo bastante cerca.
Muerto el padre que lo quería ver trabajando, Fort se encuentra entonces, con su tan ansiada libertad a los 40 años y con el camino allanado para cumplir su vocación de artista. Aunque ahora tendrá que demostrar que es más que un mediático con muchísimo dinero. (Reporter)
TB-ML
Fuente Terra
Dos meses atrás, Ricardo Fort era un completo desconocido, cuando los programas de televisión de la tarde le sacaban los últimos huevos de oro a Zulma Lobato y a los inmortales Jacobo Winograd y Guido Süller.
Fue entonces cuando un misterioso millonario, de aspecto llamativo y sin temor a ostentar el lujo en el que vivía, comenzó a aparecer en los medios. Primero lo hizo como una rareza más, en ciclos de archivos que levantaban segmentos del reality show que ponía en pantalla pasada la medianoche en "El Trece" y que también podía seguirse por Internet.
En esa producción, que tenía aire en un espacio comprado por el mismo Fort, uno de los herederos de la tradicional empresa de golosinas y chocolates más reconocidas del país mostraba sin pudores su estilo de vida desbordado y casi obsceno.
Todo en Fort aparece ligado al derroche y la fantasía. Desde su misma riqueza -que nadie conoce en exactitud pero que se asume que es cuantiosa- hasta su aspecto, en el que son innegables los rastros de decenas de bisturíes.
Pero toda esta ilusión está acompañada por el relato de su atormentada niñez y adolescencia, en la que un padreo opresivo le negó la posibilidad de ser artista y lo obligó a trabajar.
Así, la dualidad de un personaje casi de ficción conquistó a la audiencia y se volvió en las últimas tres semanas sinónimo de rating.
En la fauna televisiva argentina, en donde pululan botineras, modelos con videos eróticos, vedettes que coquetean con las drogas y personas definidas solo por sus gustos sexuales, Fort es un caso único.
Y su magnetismo fue tal que dobló el último rumbo que había tomado "ShowMatch" en su peor año de audiencia y dejó lejos a la solidaridad para volver sobre las peleas y la rareza.
Como buen alquimista, Marcelo Tinelli confirmó su olfato e hizo girar el ciclo sobre la figura de este millonario, recuperando los buenos niveles de rating.
Así llegó el pobre niño rico al "prime time" de El Trece, se ahorró camino al presentarse al repechaje y se dio el lujo de pasar por todas las sentencias telefónicas sin escuchar al jurado.
Sin embargo anoche no pudo ganar el certamen, tal vez por no haber podido bailar en las dos últimas galas por una lesión en su rodilla. Aunque estuvo bastante cerca.
Muerto el padre que lo quería ver trabajando, Fort se encuentra entonces, con su tan ansiada libertad a los 40 años y con el camino allanado para cumplir su vocación de artista. Aunque ahora tendrá que demostrar que es más que un mediático con muchísimo dinero. (Reporter)
TB-ML
Fuente Terra
Comentarios
Publicar un comentario